La serpiente del sotano

La serpiente del sótano

Hay un silbo persistente
que se escucha en el silencio
todos parecen ignorar
lo que hay en sus sótanos
la gravedad del misterioso horror
lo tenebroso desbordado…
Todos fingen disfrutar del placer frívolo
ebrios de vanidad disimulan hábilmente
que algo oscuro hay detrás de sus actos
un reverbero de fermentos odiosos
de codicias inusitadas
laberinto mórbido de farras
de noches tormentosas…
Maldad irremediable
fango incompatible con la vida
torbellino seductor enervante
que en sus sinuosidades deja entrever
el orgullo soberbio de los falsos dioses
hablo del ángel de la muerte…
cómo beldad de implacable indolencia
cómo promesa cierta de dolor humano
cómo falsa glorificación del poder
cómo oscura mirada de mujer hermosa,
cómo esclavitud sin reposo ni tregua…
cómo maldad que nos besa…
esa maldad que nos hace sufrir…
hasta la saciedad
Dolor majestuoso,
que es omnipresente…
que nos rodea…
nos agobia con fascinante aturdimiento
Todo ese dolor esparciéndose
como tormenta de delirios y relámpagos
de sueños truncados…
Y entre el bullicio de la gente
que alardea y canta sus hazañas
del pobre cabildeando sus posibilidades
de obtener el pan de cada día
de la publicidad cuajada de mentiras
puedo sentirlo crispándome…
aguijoneándome en el interior preñado de amargura
orillándome a remozar las viejas cicatrices
hostil e indiferente al orden armonioso
a la música del universo…
hasta que apareciste tú que lo comprendiste
todo, en su intrínseca inocencia
para que de nuestra poesía naciera el amor
que preña el corazón de fe y esperanzas

Alahim Loor / 01 de diciembre de 2004