Cuando muera mi gusto por las naranjas

Esta tarde siento un gran desasosiego

Un reverbereo de inquietudes
que me fuerza a buscar
el encanto de un sabido hechizo
que no hallaré en boca ajena
que vuelva esta tarde (corazón mío indómito)
de terciopelo anaranjado
que haga brotar mis jugos salivales
y con ellos se mezcle
un pregustado dulzor
que me impulse a tener un escampe de inquietud

Y eso me lleva a desear inundarme de placer
pero no cualquier placer…
tiene que ser un placer puro y simple
Un gustito refinado, hermoso. Sin conjugar nada…
Tiene que ser un placer íntimo, intenso
que pueda darme a mi mismo en solitario
con el menor esfuerzo posible
voy y vuelvo, y ya de regreso, me tiendo
junto a un cesto lleno de jugosas naranjas
tomo una por una
como si fuesen los senos
que siempre he deseado con avidez
lamiendo y sorbiendo el efluvio
que fluye delicioso
Y me digo con el sabor en mi boca
Oh degustador de arreboles efímeros
navegante de océanos azucarados
siente el fluir del sol
su tibieza vuelta frescura, horadante
tierno zumo que mitiga tu dolor
sorbé dulzura, miel, néctar
que tu boca y paladar satura
Entonces deja que te hiera el gozo
audaz como la garra del azor
muerde y chupa lentamente
mientras exquisita esencia surca tus papilas
exalte delirio, regocijo y dolor
El jugo amarillo natural
que de relámpagos me irradia
Un dulzor que mi ilusión tensa
al que necesito poner fin
confiado en apaciguarme
en un orgasmo de cítrica y melosa saturación.

Alahim Loor / 15 de marzo de 2005; 15:32