Eva después de la caída
Eva después de la caída
(Oh inmortalidad fugaz!)
A Eva en el Paraíso de mis sueños,
antes de la caída
Alp.
Oh mortales desdichados
Soy seductora cual un áspid, tengo la astucia
de una cobra y el atractivo de un coral
Bella la luz que se desprende relampagueando
de mis ojos entrecerrados. Casual
he nacido Eva divina. Soy despampanante
con mis pechos como frutas jugosas
adornados con sus pezones sugerentes
de lascivia, que incautos muerden ávidamente
sumidos en remolinos de excesos. Soy gozosa
en un diálogo en el que corro el mayor de los riesgos
Soy aquella primera mujer crisálida
que saboree la fruta prohibida del
conocimiento maldito que me fue
vedado… la emancipación adornada
de alucinantes dualidades que comencé
a amar más que la obra maestra y a su maestro
Por las que ahora soy fluctuante y libre
para recoger los dulces frutos de la indecencia.
De aquellos que mis redes pretenden ignorar.
sumergidos en su mundillo de doble moral
donde la carne impone sus reglas
Soy cual un sueño húmedo
de sus noches solitarias…
Todo en mi luce esplendoroso
Mi piel lozana como los pétalos
de las rosas florecidas y mi cuerpo
de magnificas formas…
majestuosas y perversas
Mis caderas cual tonel de vino
que solo se puede libar en noches
de arrebato y de insomnio
Mis labios están hechos para tentar
abiertamente. Para desatar deseos
malsanos e incontrolados, y llevarles
a una ardorosa muerte cruel y lenta,
fría y grotesca. Previamente preparada
Minuciosamente…
como los sepulcros donde yace
la materia oscura e inerte
Tengo entre mis pliegues lo que
les haría sonrojar y estremecerse
Tengo mis piernas torneadas
talladas en carne fresca y jovial
como es del buen gusto…
Soy una imagen delicada, ¡espectacular! pero
incomprendida, desengañada y puesta a
prueba, por mi eterno deseo de ser adorada
Soy portento de placeres, de ademanes
bien estudiados, aprendidos a un alto costo
Por lo cual valgo mi peso en oro… mi faz y
mi silueta despiertan genuina admiración… y
respeto… quizá un tanto falso como
todo, pero que yo respeto verdaderamente
porque detesto ser incrédula
por eso sonrío y contemplo con taimada
mirada la fatuidad de su aire vencedor
de lo vano e ilusorio de sus éxtasis
Soy una de corazón que inspira al poeta
de corazón blanco como la nieve que hiela
mi sangre, que calculadamente hago entibiar
a voluntad, para fascinación de quienes me sirven
y se postran ante mi hermosura ilimitada
y ridículamente me rinden pleitesía…
Siempre lloro y siempre rió de quienes
me ven llorar. Odio que se ponga en duda
mi poder que desplaza tronos de unas manos
a otras.
Ante mi Voluptuosidad refinada y primorosa,
ante mis lascivia falsa y exquisita…
la que he copiado rigurosamente
de los Ángeles altivos y monumentales
los señores más poderosos se rinden,
postrándose ante mis pies y mis manos
enroscadas en sus cuellos que aborrezco
Porque es mi misión esparcir mi seducción
potente por este mundo de embaucadores
fascinándolos, para convertirlos
en compulsivos seguidores
que compiten vanamente por
cambiar espejismos por oro, que
se obsesionan en poseer ni lo que
yo misma poseo…
mi alma, mi gran alma que perdí
a cambio de una inmortalidad fugaz.
14 de Mayo de 2004